Carrilleras (galtas) al horno con toque de romero

Hoy no cocino yo, lo hará mi gran  "compañero" de cocina,

fiel y obediente, que nunca me falla...

¡ EL HORNO !

Material:

Para 4 galtas

- 4 Carrilleras o galtas de cerdo

- 1 Cebolla

- 1 Pimiento verde

- 4 Dientes de ajo

- Unas ramitas de romero

- Aceite de oliva, sal y pimienta

- Vino blanco (preferiblemente seco)

Manos a la obra:

Precalentamos el horno a 200ºC.

Troceamos las verduras en trozos grandecitos. Reservamos.

Salpimentamos las carrilleras.

En una bandeja de horno, disponemos nuestras galtas y por encima, las verduras, los ajos pelados y enteros, el romero (al gusto), un buen chorrito de aceite y otro buen chorrito de vino blanco. Volvemos a salpimentar, pero en este caso, sólo las verduras.

Es interesante que la bandeja sea justita, me explico, que todos los ingredientes estén bien recogiditos, ya que de esta manera, conseguiremos más cantidad de salsa. Si hay mucho espacio entre ellos, se evapora el líquido y luego no tendremos tanto "juego" para elaborar la salsa.

Dicho esto, metemos la bandeja en el horno, unos 30 minutos.

Voy a aprovechar para, no sé...leer un poco, ver la tele, o casi que me voy a preparar un vermutito y charlar un poco con mi marido, vecina, amigo...el primero que se ponga a tiro!!!

Después de 30 minutos...volvemos al horno, le damos la vuelta a las carrilleras, removemos un poco las verduritas para que no se nos quemen y añadimos otro chorrito de vino. No tenemos que dejar que se sequen, por eso es importante echarles un ojo de tanto en tanto, e ir hidratándolas. Si queréis con agua, para no echar más vino también vale, o incluso si tenéis algún resto de caldito de verduras o carne, perfecto!

Cuando las carrilleras están doraditas por los dos lados, bajamos un poco la temperatura del horno (180ºC-170ºC) para que siga cocinándose, pero con el chup-chup.

Sigo con mi charla otros 25-30 minutos...

Vuelvo al horno, cuando veamos que ya están bien doraditas y tiernas (con un cuchillo o tenedor, si las pincháis, se ve perfectamente), es que ya las tenemos hechas.

Ahora tenemos dos opciones: la primera , si queremos trabajar un poquito, o la segunda, si no queremos hacer nada más.

En el caso de la segunda opción, sólo tenemos que servir nuestras galtas con las verduritas por encima y bañarlas con el suquito que ha quedado en la bandeja.

Si elegimos la primera opción, que no da mucho trabajo, pero cambia bastante la presentación final, consiste:

Retiramos las galtas a un plato, y con todo lo que nos ha quedado en la bandeja, lo colamos en una cazuelita. Con una cuchara estrujamos bien las verduras en el colador para extraer todo el juguito posible. Ponemos la cazuelita (sin tapar) al fuego (medio) y dejamos que la salsa reduzca un poco (unos 10 minutos aproximadamente), el tiempo dependerá de la cantidad de salsa que hayamos conseguido.

De esta manera, conseguiremos que espese y se concentren más los sabores, además, a la hora de comer no nos encontraremos ningún tropezón. Pero eso, va a gustos!

Si pasado el tiempo, vemos que sigue demasiado líquida, hay un "truqui" para espesar salsas que es genial: cogemos una cucharada de harina de maíz (maicena), y la diluimos en agua fría o del tiempo, (cantidad de agua, que simplemente cubra la cantidad de harina que hemos utilizado), mezclamos bien y vamos echando a poquitos en nuestra salsa y removiendo hasta que consigamos la textura deseada. Probamos y rectificamos de sal. ¡ Y listo !

Tampoco era tanto trabajo, no?

Presentación:

Tanto si dejáis las verduras enteras o no, en esta receta lo ideal es, disponer la carrillera en un plato y bañarla con la salsa. Espolvoreamos un poco de romero picadito por el plato, o decoramos con una ramita.

Y aprovechando el horno, podríamos meter, en otra bandeja, junto con las galtas, unas patatas enteras (tamaño medianas-pequeñas) para guarnición, o simplemente las acompañamos con una ensalada y por supuesto que no falte el pan!

Ahora sólo queda agradecerle a nuestro horno el gran trabajo que ha hecho!!!!!!!

¡ Buen provecho !